EL SISTEMA ENDÓCRINO es el conjunto de órganos y tejidos del organismo que liberan hormonas.
Los órganos endocrinos también se denominan glándulas sin conducto o glándulas endocrinas, debido a que sus secreciones se liberan directamente en el torrente sanguíneo. Las hormonas secretadas por las glándulas endocrinas regulan el crecimiento, el desarrollo y las funciones de muchos tejidos, y coordinan los procesos metabólicos del organismo.
Los órganos endocrinos también se denominan glándulas sin conducto o glándulas endocrinas, debido a que sus secreciones se liberan directamente en el torrente sanguíneo. Las hormonas secretadas por las glándulas endocrinas regulan el crecimiento, el desarrollo y las funciones de muchos tejidos, y coordinan los procesos metabólicos del organismo.
El sistema endocrino esta formado por glándulas que producen mensajeros químicos llamados hormonas. Las hormonas que producen las glándulas endocrinas, ayudan a controlar como a regular partes, sistemas, aparatos y hasta órganos individuales del cuerpo.
Estas glándulas producen y secretan hormonas dentro del torrente sanguíneo o dentro del sistema linfático. Dichas glándulas abarcan la tiroides, la paratiroides, el hipotálamo, el cuerpo pineal, la pituitaria, las suprarrenales, los islotes de Langerhans ubicados en el páncreas y las gónadas (testículos y ovarios). Los efectos de estas hormonas pueden afectar a un órgano o tejido o a todo el cuerpo
LA GLÁNDULA TIROIDES
La glándula tiroides es un órgano que pesa entre 20 y 25 gramos y que se ubica en el cuello entre la “manzana de Adán” y el esternón. Tiene forma de mariposa, con dos lóbulos unidos por un istmo en el centro.
Es la encargada de la producción de las hormonas T3 y T4 que son repartidas por todo el cuerpo. Éstas son las que le dicen a los órganos a qué velocidad deben darse los procesos metabólicos y contribuyen en la conversión del alimento en energía.
La tiroides, a su vez, se encuentra controlada por otra glándula, llamada hipófisis o pituitaria a través de la hormona TSH. Así la hipófisis controla la velocidad de trabajo de la tiroides: aumentando o disminuyendo la emisión de TSH.
Embriologicamente, la glándula se desarrolla muy pronto, alrededor de los 30 días del desarrollo del embrión, recién entre las 11 y 12 semana se produce una concentración de yodo en el embrión y puede decirse que estaría en condiciones de funcionar. También la hormona producida por el embrión es enviada a la madre y a veces, éste ayuda a su madre si ella tiene un déficit de dicha hormona. Está comprobado estadísticamente que las mujeres embarazadas con problemas de tiroides mejoran durante el embarazo ya que reciben la ayuda de su hijo quien le proporciona el faltante hormonal durante ese período.
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